Coburgo fue una importante ciudad aristocrática, gracias a los duques que vivieron en ella. A lo largo de cuatro siglos, los duques de Sajonia-Coburgo y Gotha contrajeron matrimonio con las familias reales de varios países europeos, como Bélgica, Bulgaria, Portugal y, sobre todo, Gran Bretaña. Hasta principios del siglo XX, fue un destino vacacional habitual de la realeza europea. Martín Lutero describió una vez Coburgo como “sumamente encantadora”, y cuando visites este lugar comprenderás a qué se refería exactamente. Descubre el patrimonio único de tesoros artísticos, bellos edificios, un casco antiguo lleno de callejuelas, torres e iglesias que conforman una combinación clásica de arte, historia y cultura.